El martes 5 de diciembre la Democracia Cristiana recibió con inquietud que el candidato presidencial oficialista, Alejandro Guillier, hablara públicamente de la necesidad de “meter la mano en el bolsillo a quienes concentran el ingreso”.

Los dichos del periodista no solo generaron incomodidad entre empresarios, que se enfrascaron en un debate público con Guillier. El episodio también molestó a la falange, por considerar que la frase genera división y distancia en sectores más de centro que el candidato también debe conquistar. Por ello, algunos dirigentes DC quisieron que el abanderado de la Nueva Mayoría conociera de esta molestia.

Para eso, transmitieron su mensaje a quien -aseguran legisladores democratacristianos-, representa la mesura en el comando oficialista: Osvaldo Rosales. Así, figuras DC hablaron con el ex asesor del ex Presidente Ricardo Lagos, quien desde abril se desempeña como coordinador programático de Guillier.

En la DC dicen que no sólo confían en el economista por su experiencia profesional – fue director de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería (Direcon) entre 2000 y 2004, y uno de los artífices del Tratado de Libre Comercio (TLC) Estados Unidos-, sino porque además, lo ven más “conservador” que el grueso de los dirigentes que acompañan al abanderado en la campaña.

Fue así como, tras las elecciones del 19 de noviembre, y la derrota de la senadora democratacristiana Carolina Goic, que Rosales logró convencer a algunos economistas de ese partido para sumarlos a la campaña. La tarea no fue fácil. En ese partido varios reclaman que tuvieron malas experiencias con su participación en el programa de gobierno de Michelle Bachelet. Economistas aseguran que pusieron su nombre en el documento, pero sus ideas jamás fueron incluidas: "Alberto Arenas hizo lo que quiso", reclaman en la tienda, en alusión al otrora jefe programático de la Presidenta y ex ministro de Hacienda. 

Ahora el panorama sería distinto, El propio Rosales se contactó con Guillermo Larraín, Ricardo Ffrench-Davis, y Hugo Cifuentes, entre otros, para incorporarlos al staff. Larraín, en todo caso, evitó confirmar o desmentir su presencia en el equipo de Guillier.

Los vínculos de Rosales con el mundo DC son amplios. Mantiene una buena relación con el economista Andrés Sanfuentes, y con Juan Villarzú, ex presidente ejecutivo de Codelco.

“Rosales es una persona que genera respeto, credibilidad por su estatura intelectual y en la DC representa lo mejor de la Concertación. Cada vez tiene un rol político más relevante con la Democracia Cristiana cuando se trata de la candidatura de Guillier. De hecho, fue quien lo acompañó en la primera reunión que tuvimos con él como mesa, cuando le anunciamos nuestro apoyo”, asegura el ex vicepresidente del partido, Matías Walker.

La visión de la DC, no es aislada en la Nueva Mayoría. Según explican en el oficialismo, quien se mantiene a cargo de las 35 comisiones programáticas de Guillier, comenzó a afinar sus redes políticas desde el inicio de la campaña por la segunda vuelta presidencial. El objetivo era claro: sumar a más representantes de las tiendas a la campaña y pensar conformar un eventual gobierno.

“La capacidad de gobernar es central. Después de la primera vuelta empezamos a trabajar en eso y Osvaldo Rosales lo entendió muy bien. En esta nueva etapa, él está en un ámbito entre lo técnico y lo político. Estamos en la búsqueda de profesionales con mirada progresista, más jóvenes, con destrezas técnico-políticas”, describe el ex ministro y otro de los principales asesores de Guillier, Sergio Bitar.

Vínculos con el PPD

Rosales estudió Economía en la Universidad de Chile a inicios de los '70. En esos años, coincidió con dirigentes como Nicolás Eyzaguirre, Jorge Marshall, Andrés Palma, Sergio Aguiló y Víctor Barrueto. Este último, representante del PPD en en el área programática de Guillier. 

Aunque no tuvo un rol de dirigente político como estudiante, sus compañeros recuerdan que siempre participó en debates.

"En esos años ya se notaba una vocación política y social en varios de nosotros, también de Osvaldo, quien es muy político, más allá que tenga un perfil académico. Su participación en los programas de gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos lo ayudaron mucho", dice Barrueto.

Según Bitar, en tanto, el economista "siempre estuvo vinculado a nosotros desde la fundación del PPD", partido del que finalmente se alejó. 

Días antes de la elección de primera vuelta, los vínculos de Rosales para reclutar figuras de otros sectores tuvieron frutos con Álvaro García (ex encargado programático en la última campaña de Ricardo Lagos), con quien se reunió en dos ocasiones junto a  Barrueto.

Rosales planteó a García la necesidad de sumarse al equipo de Guillier, lo que este aceptó, pero de manera esporádica y a distancia.  Sin embargo, luego que el periodista pasara a la segunda vuelta, el ex ministro decidió colaborar más activamente.   

De los 300 profesionales que trabajaron para el programa de gobierno del periodista, cerca de 80 son militantes del PPD. Al día de hoy, Rosales tiene un contacto permanente con la mesa directiva de la tienda,  y mayoritariamente con Barrueto. Según afirma el presidente PPD, Gonzalo Navarrete, hace ya varias semanas que solicitó más listas de nombres para sumar profesionales de esas filas.

“Rosales entiende que posterior a la campaña hay que gobernar y eso requiere una mezcla de perfil generacional, técnico y político. Hace más de un mes que nos solicitó listas con nombres para sumar”, explica el ex alcalde. 

Según el timonel PPD, cuando el partido quiere proponer ideas o generar contenido para la campaña, la comunicación se ha centrado directamente con Rosales.

Falta de experiencia

En el PS hay varios dirigentes socialistas que llevan un tiempo sumados al equipo de Guillier. Entre ellos, Clarisa Hardy, Álvaro Díaz, Mauricio Rodríguez y Karina Delfino.

Aunque en la mesa aseguran que Rosales se perfila como un eventual ministro de Hacienda de Guillier, de triunfar en la segunda vuelta, también advierten que al economista le falta más manejo político.

Aseguran que es necesario afinar redes con sectores más de izquierda de la Nueva Mayoría, a pesar de que sus principales nexos están en el laguismo y la ex Concertación.

Además, advierten que debe mejorar sus salidas “comunicacionales”. Un ejemplo de eso, relata una alta fuente PS, fue la declaración que este hizo el 25 de noviembre, cuando afirmó que las AFP no se eliminarán en un eventual gobierno del parlamentario. 

En medio de la búsqueda de respaldos desde el Frente Amplio, en el socialismo vieron la declaración como un error político. Esto, debido a que la idea era mantener grados de indefinición en el tema, para evitar una confrontación con sectores contrarios al sistema de pensiones. 

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