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Pugna ideológica al interior del Frente Nacional tras la derrota de Le Pen

Pugna ideológica al interior del Frente Nacional tras la derrota de Le Pen
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Marine Le Pen piensa en una reestructuración del bloque. La líder del partido de ultraderecha es blanco de críticas internas.

Marine Le Pen fue derrotada en las urnas. Sin embargo, el 34 por ciento que obtuvo en la votación constituye un éxito relativo. En 2002, Jacques Chirac venció con un 80 por ciento de los votos a su padre, Jean-Marie Le Pen. Y el hecho de que éste llegara a segunda vuelta desató entonces masivas manifestaciones de protesta.

Esta vez, en cambio, nadie se sorprendió de que su hija llegara al balotaje. El Frente Nacional (FN) se ha convertido en parte de la política francesa y ya nadie se avergüenza de votar por él. "No nos engañemos, en la población existe una verdadera necesidad de ultraderechismo”, escribió el historiador Nicolas Lebourg en el diario Libération.

Retórica más moderada

Sobre todo el rechazo a los inmigrantes y en especial a los musulmanes se ha vuelto "aceptable” en la sociedad y se ha colado en el discurso de los partidos tradicionales. La socióloga Sylvain Crepon piensa que el FN "logró anclar su política de ‘identidad' en todo el espectro”, lo que se mostró sobre todo en la campaña electoral de Fillon.

Por otra parte, Marine Le Pen intenta desde hace años "desdiabolizar” al Frente Nacional. Expulsó a su padre antisemita y le dio al partido una pátina más moderada, por lo menos retóricamente. También trata de conseguir votos judíos. En 2015 afirmó: "Existe un peligro para los judíos en Francia. Ellos deberían luchar del lado de quienes tienen claro el peligro del fundamentalismo islámico”. La alianza de Marine Le Pen con el candidato nacionalista conservador Nicolas Dupont-Aigan, a quien quería convertir en primer ministro de haber ganado las elecciones, fue considerada una jugada hábil para sacar al FN del aislamiento.

La cuestión del euro

Pero Marine Le Pen no entrará en el Palacio del Elíseo. Como consecuencia de su derrota, anunció una "reestructuración de fondo”, sin decir  qué se refería. Sea como fuere, la lucha dentro del partido ya se ha iniciado.

"Debemos permanecer fieles a los fundamentos del Frente Nacional”, advirtió el octogenario Jean-Marie Le Pen, que piensa a todas luces en volver atrás. Las posiciones con respecto a la inmigración y al islam no son controvertidas dentro del partido. Pero muchos de sus electores y algunos de sus funcionarios se molestaron por el giro que dio Marine Le Pen en el tema del euro. Cuando las encuestas revelaron que un 75 por ciento de los franceses desea mantener la moneda comunitaria, afirmó repentinamente que dejar la eurozona no era "una condición” necesaria para su política económica.

Marine, en entredicho

Pascal Gannat, un político regional del FN, dijo a una emisora que los planes de abandonar el euro ahuyentaban electores de derecha e izquierda. También Jean Marie Le Pen considera que las ideas de su hija al respecto fueron la principal causa de su derrota.

Jean Messiha, encargado del programa electoral de Marine Le Pen, está convencido de lo contrario. "Perdimos votos porque ablandamos nuestra postura en cuanto a la soberanía monetaria. Si la hubiéramos desechado por completo, eso nos habría descalificado totalmente”, afirmó en Twitter. El euro probablemente será el principal tema de discusión del próximo tiempo para el partido.

A largo plazo es posible que surja también una pugna de poder. La sobrina de Marine, Marion Marechal Le Pen, una de las cuatro diputadas del FN en la Asamblea Nacional, se distanció de su tía señalando que el cambio de actitud en cuanto al euro se produjo demasiado tarde y no convenció al electorado. Se considera que Marion es tan ultraderechista como su tía. Por el momento dice no tener ningún deseo de presentarse como candidata presidencial en las próximas elecciones. Pero tiene aún cinco años para pensarlo y cambiar de opinión.

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