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“Una conmoción pulsional generacional": El análisis de Carlos Peña sobre las protestas en Chile

“Una conmoción pulsional generacional": El análisis de Carlos Peña sobre las protestas en Chile
T13
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El rector de la UDP aseguró que la “explosión social” no se podría definir como desobediencia civil, ya que más bien corresponden a “pandillas desordenadas".

En medio del Estado de Emergencia decretado en diferentes regiones del país, y que surgió como respuesta a las masivas protestas que han movilizado a todo Chile, el columnista y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, analizó las razones de la crisis y sus posibles salidas. 

En conversación con Iván Valenzuela en T13, el rector de la entidad aseguró que “la frase del presidente fue una tontería”, refiriéndose a lo que el mandatario calificó como una “guerra contra el enemigo” por la violencia registrada en las jornadas de protestas. 

Peña agregó que esa frase “me parece una incomprensión total del problema. La labor de un Presidente es tener una opinión ponderada, contenida, racional respecto de lo que ocurre, ayudando a los ciudadanos a que tengan un orden cognoscitivo de aquello” señaló. 

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En un análisis a los motivos detrás de las manifestaciones, el columnista indicó que “estamos en presencia más bien de una especie de conmoción pulsional generacional muy fuerte, alentada por ciertos problemas de legitimidad del tipo de modernización que Chile lleva adelante”. 

En este contexto, aseguró que esta “explosión social” no se podría definir como desobediencia civil, ya que más bien corresponden a “pandillas desordenadas, con virtudes carnavalescas, orgiásticas, que huyen de la policía”, por lo que llamarlo “desobediencia civil” sería “darle (al movimiento) una dignidad que no tiene”. 

Por último, Carlos Peña estimó que las medidas adoptadas por el gobierno para enfrentar estas masivas protestas han sido “correctas”, afirmando que “el principio básico de la vida dentro del Estado es que hay una fuerza ilegítima, que es la que ejercen los ciudadanos, y una fuerza legítima que es aquella que monopolizan los órganos estatales”. 

“Si no somos capaces de recuperar ese principio elemental y básico de la vida democrática y cívica, el orden no se va a reestablecer”, sentenció.