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Política

Las reservadas gestiones para bajar la tensión Burgos-Bachelet

Las reservadas gestiones para bajar la tensión Burgos-Bachelet
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Según personeros del oficialismo, Carlos Mackenney, el ex presidente del CDE y amigo de ambos, ha jugado un rol clave para mejorar la relación entre la Presidenta y su ministro del Interior.
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Por Lorena Ferraro, Karina Zúñiga y Pablo Cádiz

Hasta la Universidad Alberto Hurtado llegó la tarde del jueves la Presidenta Michelle Bachelet para despedir a un cercano. Luego de 18 años, el sacerdote jesuita Fernando Montes -quien ha dicho públicamente ser "amigo" de la Mandataria- entregaba el mando de la institución al miembro de la misma orden, Eduardo Silva Arévalo. 

Entre los más de 500 asistentes se encontraba Carlos Mackenney, ex subsecretario de Guerra (1999-2000) y de Marina (2003-2005), ex presidente del CDE (2005-2011) y quien también fue secretario general de la universidad entre agosto de 2011 e inicios de 2014. 

La cercanía con la casa de estudios no es lo único que tienen en común Bachelet y Mackenney. Ambos cultivan una estrecha amistad, que se remonta a finales del gobierno de Eduardo Frei. Por esos días se conocieron, cuando Mackenney se desempeñaba como subsecretario de Guerra y Bachelet prestaba labores como asesora en el Ministerio de Defensa.

Una muestra de la cercana relación entre ambos se vio reflejada en octubre de 2013, cuando Mackenney fue uno de los pocos políticos en asistir al matrimonio del hijo de Bachelet, Sebastián Dávalos.

Pese a que no ocupa un cargo formal en el Gobierno, personeros del oficialismo señalan que el abogado DC ha tenido un rol relevante durante las últimas semanas en uno de los principales focos de tensión en el corazón de La Moneda: la relación Burgos-Bachelet, que a fines de diciembre tuvo uno de sus episodios más complejos con la polémica marginación del ministro al viaje de la Mandataria a La Araucanía. 

Según comentan fuentes del oficialismo, Mackenney actuó como una especie de "puente" entre la Presidenta y su jefe de gabinete, conversando con ambos y ayudando a distender el difícil clima que se había instalado en esos momentos. 

Y es que, tal como ocurre con Bachelet, Mackenney también cultiva una larga amistad con el ministro Burgos, la que se remonta a la época donde ambos estudiaron Derecho en la Universidad de Chile.

Consultados al respecto, cercanos a Mackenney dicen que el abogado sostuvo conversaciones sobre política en las últimas semanas con Bachelet y Burgos. 

En el oficialismo recuerdan el episodio de La Araucanía como el más duro que ha enfrentado Burgos como jefe de gabinete. Y agregan que, un elemento que incrementó la tensión en esos momentos fue la vocería del ministro justo después de reunirse con Bachelet, cita en que la mandataria rechazó su renuncia. Ahí, el ex diputado DC señaló que ella había coincidido con él en que un error de esa naturaleza no podía repetirse.  En el oficialismo sostienen que a la Presidenta le sorprendió la velada crítica al equipo que organizó la gira, liderado por su jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte.

Más allá del rol de Mackenney en este tema, en el oficialismo dicen que el abogado DC fue uno de los que estuvo cerca de Bachelet -entregándole apoyo- durante el 2015, un año que la propia gobernante ha reconocido como el "peor" de sus dos mandatos, marcado en buena medida por el escándalo político-judicial en que se vio envuelta su nuera y su hijo, el denominado "Caso Caval". 

¿Cambio de gabinete?

Durante los últimos días la Presidenta ha buscado cerrar públicamente el capítulo sobre las tensiones con el ministro. El lunes en el Consejo de Gabinete desdramatizó la ausencia de Burgos, transmitiendo al resto de los secretarios de Estado que sus vacaciones habían sido acordadas hace tiempo. Un día después Bachelet fue enfática en señalar que "no tenemos tensiones entre nosotros".

"La cantidad de fantasía que aparece en los medios de comunicación... cuando volví de vacaciones hablé tres veces con él en el día. Con él tenemos una relación humana positiva de mucha confianza desde antes de ser ministro", dijo en entrevista con Radio Agricultura.

Por estos días algunos en La Moneda dicen que la distensión entre la Presidenta y Burgos ha bajado la presión por un ajuste. Sin embargo, la tensión entre ambos ha sido tema desde el año pasado en el oficialismo, donde no dan por descartado el escenario de que el ministro sea una de las figuras que deje su puesto ante un eventual cambio de Gabinete. 

El rol que ha ejercido Mahmud Aleuy (PS) en los últimos días como ministro subrogante ha alimentado esas versiones. Sólo esta semana Bachelet encabezó un consejo de gabinete, removió al jefe regional de O'Higgins y encabezó un consejo de intendentes sin Burgos, quien retorna a sus funciones el lunes.

Uno de los que ha aludido a la idea de un ajuste ministerial es el presidente del MAS, Alejandro Navarro. Este lunes el senador dejó en clara su preferencia: "Burgos le hace más a la política. Aleuy tiene menos discurso y más acción". 

Un planteamiento que fue calificado como “absurdo” por el presidente de la DC, Jorge Pizarro, quien argumento que Burgos “como todos los ministros, tomó sus vacaciones, a él le tocó en esta fecha, no hay ninguna otra implicancia y a veces no por andar más rápido se avanza más, así que le pediría mayor altura de mira a los comentarios del colega”.

Las tensiones entre Burgos y Bachelet

El 11 de mayo de 2015 Jorge Burgos se convirtió en el segundo ministro de Interior del segundo gobierno de Michelle Bachelet.

El hasta entonces titular de Defensa llegaba a reemplazar a Rodrigo Peñailillo, quien era considerado hasta ese momento el personero más cercano a la Mandataria y cuya salida se concretó luego de que fuera vinculado al caso SQM.

El arribo de Burgos al Comité Político fue interpretado en su minuto como una señal de moderación ante las reformas impulsadas por el Gobierno. De hecho, apenas fue nombrado en el cargo defendió la necesidad de alcanzar “acuerdos” y fue enfático en que “no me gustan las retroexcavadoras, porque andan para atrás", en una clara alusión a la frase acuñada en 2014 por el presidente del PPD, Jaime Quintana. 

Desde entonces, la relación entre Bachelet y Burgos ha estado marcada por varios episodios de tensión. (Presiona la flecha ubicada al lado derecho del interactivo para avanzar en la linea de tiempo)