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Política

Una trayectoria en frases: los dichos que definieron a Aylwin

Una trayectoria en frases: los dichos que definieron a Aylwin
Pablo Cádiz
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Antes, durante y después de su gobierno, el ex Presidente emitió palabras que quedaron marcadas en la memoria de la política chilena.

Patricio Aylwin fue jefe de Estado en Chile entre 1990 y 1994, convirtiéndose en el primer mandatario en el retorno a la democracia. Su gobierno estuvo marcado por tensiones con Augusto Pinochet, quien siguió a la cabeza del Ejército.

Aylwin fue Presidente de Chile entre 1990 y 1994
Aylwin fue Presidente de Chile entre 1990 y 1994

Su paso por el gobierno fue recordado no solo por ser el signo del retorno de la democracia, sino que también por controvertidas frases emitidas antes, durante y después de su período en La Moneda. En T13.cl recopilamos algunas de ellas:

Las definiciones de Aylwin sobre la UP y el Golpe de Estado

En mayo de 1973 Patricio Aylwin asumió como presidente de la DC. Fue en ese rol que entregó definiciones sobre la polarización que vivía el país, en medio de críticas a la gestión del gobierno de la Unidad Popular, de Salvador Allende. 

“(Si me dieran a elegir entre) una dictadura marxista y una dictadura de nuestros militares, yo elegiría la segunda", dijo el 26 de agosto de 1973 en una entrevista a The Washington Post.

El 11 de septiembre de 1973 se concreta el Golpe de Estado. Tras ese hecho, Aylwin entregó la postura oficial de la DC a la prensa extranjera en Chile:

"El gobierno de Allende había agotado, en el mayor fracaso, la ‘vía chilena hacia el socialismo’, y se aprestaba a consumar un autogolpe para instaurar por la fuerza la dictadura Comunista". (17 de septiembre de 1973).

Días después, en una entrevista con la Televisión Española, sentenció:

"Nosotros tenemos el convencimiento de la llamada Vía Chilena de Construcción al Socialismo que empujó y enarboló como bandera la UP, y exhibió mucho en el extranjero, estaba rotundamente fracasada, y eso lo sabían los militantes de la UP y lo sabía Allende. Y por eso ellos se aprestaban -a través de la organización de milicias armadas, muy fuertemente equipadas y que constituían un verdadero ejército paralelo para dar un autogolpe y asumir por la violencia la totalidad del poder. En estas circunstancias pensamos que la acción de las Fuerzas Armadas simplemente se anticipó a ese riesgo para salvar al país de caer en una guerra civil o en una tiranía comunista".

"Me equivoqué medio a medio"

Con el paso de los años, Aylwin se transformó en un fuerte opositor de la dictadura. Rechazó la Constitución del '80 y cinco años después fue uno de los impulsores del Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia, que proponía el retorno de los exiliados, el término de los Estados de excepción y la pronta realización de elecciones democráticas.

En 1986 volvió a ocupar la presidencia de la DC, y en 1988 se convirtió en vocero de la Concertación de partidos por la Democracia, instancia que promovía la opción del "NO" en el plebiscito de ese año.

Ya recuperada la democracia, Aylwin abordó en varias oportunidades el rol de la DC durante los meses previos al Golpe.

"En esa época yo actué honradamente y de acuerdo a mi conciencia, pero reconozco que me equivoqué medio a medio. Siento mía la tragedia ocurrida en Chile, pero combatí con fiereza la dictadura y, así como me equivoqué yo, nos equivocamos muchos". (30 de marzo de 1997, entrevista al diario mexicano Excelsior)

Un año después, en el lanzamiento de su libro "El reencuentro de los demócratas", una frase generó polémica:

"Nosotros admitíamos que, lamentablemente, cierto periodo de la dictadura era necesario, pero pensábamos que debía ser lo más breve posible; dos, tres o cinco años". (Cita de su libro “El reencuentro de los demócratas”, presentado el 6 de octubre de 1998)

"El libro hay que juzgarlo en su contexto" dijo ante las reacciones que desató la frase.

Más tarde declararía en la edición del 26 de mayo de 2012 del diario español El País que "en el golpe de Estado, la DC no tuvo ninguna participación. Eso puedo asegurarlo de manera absoluta, en conciencia. Y yo fui durante todo el Gobierno de Allende parte de la dirección del partido. Estuvimos interesados en cambiar la orientación del Gobierno de Allende, pero no en derrocarlo. El golpe militar fue otra cosa".

“Los democratacristianos fuimos claros en nuestro rechazo a cualquier modelo o experiencia totalitaria, fuera el nazismo, el fascismo o el comunismo, enfatizó Patricio Aylwin en julio de 2007, en su mensaje por los 50 años de la DC.

La postura del partido sobre el Golpe ha sido un tema de largo debate, incluso al interior de las filas de la falange. El 13 de septiembre de 1973 un grupo de militantes DC publicó una carta donde condenaba "categóricamente" el derrocamiento del Gobierno de Salvador Allende. En 2013, parte de ellos iniciaron una frustrada ofensiva para intentar asumir dicho documento como la postura oficial del partido. 

Aylwin y la dictadura: "Fue la peor tragedia de la historia de Chile"

Tras el retorno a la democracia y su llegada a La Moneda es posible encontrar un largo listado de declaraciones sobre la dictadura, la que llegó a calificar como "la peor tragedia en la historia de Chile" durante un discurso ante la Universidad de la Sorbonne, en París, el 27 de abril de 1994.

"El mundo supo con horror de las gravísimas y masivas violaciones a los Derechos Humanos que se cometieron. Más de 3 mil personas fueron asesinadas o desaparecieron. Decenas de miles salieron al exilio, sufrieron prisión o fueron víctimas de arbitrariedades. Miles perdieron su trabajo entre ellos muchísimos profesores universitarios. Fue la peor tragedia de la historia de Chile", declaró en esa oportunidad.

La frase desató polémica en Chile. "Lo que dije es que la mayor tragedia de Chile fueron las violaciones a los Derechos Humanos cometidos durante el gobierno militar, y eso lo mantengo", dijo a su llegada al país, el 12 de mayo de 1994.

Sus opiniones sobre Pinochet

Tras el retorno a la democracia, Pinochet continuó como Comandante en Jefe del Ejército. La convivencia de ambos tuvo episodios tensos como el "ejercicio de enlace" -en diciembre de 1990- cuando el ex dictador ordenó un acuartelamiento de tropas presionando al gobierno de Aylwin para que no iniciara acciones legales por el caso "Pinocheques", en el que estaba involucrado su hijo mayor. Ante la consulta, el general dijo a la prensa que las acciones habían sido parte de un "ejercicio de alistamiento y enlace".

Otro momento complejo se vivió en mayo de 1993, ante la noticia de que el gobierno reabriría el caso. En esa oportunidad un grupo de comandos del Ejército se reunió en las cercanías del Palacio de La Moneda, portando armas y vestimenta de combate. El episodio se conoció cono el "Boinazo". 

"Fuera del ruido, esa manifestación no produjo ningún otro efecto. Ni el Gobierno cedió a la presión ni tuvo ningún apoyo de la opinión pública. Hoy día el general Pinochet no tiene más poder que el de cualquier comandante en jefe de un ejército en cualquier país democrático, aparte de su inamovilidad, y de que el presidente tenga que consultar su opinión para los retiros", sostuvo en una entrevista a el diario El País, en 1994, donde abordó el polémico episodio.

Junto con esto, planteó que "Pinochet no intentó cogobernar desde que yo asumí la presidencia. Me dijo: 'Yo como militar sé mandar y sé obedecer. Ahora usted es el presidente y yo le obedezco a usted'".

"Tuvimos desacuerdos, naturalmente, pero en definitiva, nunca pretendió intervenir en la orientación de la política de mi Gobierno. Nunca me desobedeció. La imagen del general Pinochet con la que yo salí de la presidencia, de su conducta durante mi Gobierno, no es la que pude temer cuando asumí el cargo. Y más: tal vez la permanencia de Pinochet ha ayudado a la estabilidad del proceso", agregó.

"Es una personalidad bastante más compleja de lo que la gente cree y no es una figura que se pueda definir, simplemente, como en blanco y negro; tiene sus haberes y sus deberes". (Dijo el 30 de octubre de 1995, en visita a Punta Arenas)

Asimismo, declaró que durante el régimen militar "no todo fue negro", y destacó obras como "las reformas económicas de saneamiento, liberalización y apertura de la economía chilena".  (16 de marzo, 1995. En un discurso ante la fundación Gulbelkian en Lisboa)

Entrevistado por El País en 2012, Aylwin continuó entregando su visión sobre Pinochet: “Sabía hacerse el simpático cuando quería. Era socarrón y diablito, jugaba para su propio lado. Pero Pinochet no fue un hombre que obstaculizara las políticas del Gobierno que yo encabecé”. 

Sus críticas a Allende

Una intensa polémica se activó a raíz de la entrevista al diario El País de 2012. En esa ocasión Aylwin cuestionó las capacidades políticas del ex mandatario.

"Allende terminó demostrando que no fue buen político, porque si hubiera sido buen político no habría pasado lo que le pasó", fue la frase que activó un fuerte debate al interior de la entonces Concertación, hoy Nueva Mayoría.

Sin embargo, no es la única frase de Aylwin. El 4 de septiembre de 1990 el ex Presidente encabezó los funerales de Estado a Allende.

"Como todo ser humano, Allende tuvo aciertos y errores, virtudes y defectos. Como suele ocurrir a los conductores políticos, suscitó controversias y pasiones, tuvo amigos y enemigos. Idolo para algunos, detestado por otros. Tendrán que pasar muchos años para que la posteridad pueda juzgarlo de manera objetiva, pero nadie puede negar que su nombre forma parte de la historia de Chile", dijo. 

En ese mismo discurso planteó que "debo decirlo con franqueza: si se repitieran las mismas circunstancias, volvería a ser decidido opositor, pero los horrores y quebrantos del drama vivido por Chile desde entonces nos han enseñado que esas circunstancias no deben ni pueden repetirse por motivo alguno".

La campaña del "NO"

Fue el 4 de marzo de 1988 en el marco del lanzamiento de la campaña que pedía el fin del régimen militar que Aylwin la calificó como "una lucha de David contra Goliat". 

“Es preciso que, de una vez por todas, en un acto de suprema reivindicación del derecho de todos los chilenos a decidir por nosotros mismos el destino de nuestra patria, digamos 'NO' a la perpetuación de Pinochet y su régimen derrotándolo en su plebiscito”, agregó.

Triunfo y llegada a La Moneda

A las 13:11 del 11 de marzo de 1990, el salón plenario del Congreso Nacional recibía con una ovación a Aylwin. A los 71 años, asumiría como el primer Presidente de la República electo democráticamente en 30 años.

Luego de darle la mano a Augusto Pinochet, Aylwin recibía la banda presidencial y asumía formalmente como el primer Mandatario tras el retorno a la democracia.

Aylwin pide perdón a familiares de víctimas de la dictadura

Pasadas las 19 horas, Aylwin ofreció un discurso en uno de los balcones del Palacio de La Moneda: "Gracias por este recibimiento tan alegre, tan entusiasta, tan afectuoso. Yo sé que esta alegría, este entusiasmo y este afecto no son para un hombre. Son para la Patria que se reencuentra con la libertad. Queremos un Chile de todos los chilenos, con todos los chilenos, para todos los chilenos". 

"Chile vuelve a la democracia y vuelve sin violencia, sin sangre, sin odio. Vuelve por los caminos de la paz", agregó.

Perdón a las víctimas de la dictadura

El 4 de marzo de 1991, Patricio Aylwin entregó a la ciudadanía el informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, denominado "Informe Rettig"- por el nombre del presidente de la comisión, Raúl Rettig-.

El informe cifró en 2.279 las personas que perdieron la vida entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990. 

Casi un año después del regreso de la democracia, Aylwin emitió uno de sus discursos más recordados: "La sociedad chilena está en deuda con las víctimas de las violaciones de Derechos Humanos. Por eso es que yo me atrevo, en mi calidad de Presidente de la República, a asumir la representación de la nación entera para, en su nombre, pedir perdón a los familiares de las víctimas".

Aylwin pide perdón a familiares de víctimas de la dictadura

"Pido solemnemente a las Fuerzas Armadas y de Orden, y a todos los que hayan tenido participación en los excesos cometidos, que hagan gestos de reconocimiento del dolor causado y colaboren para aminorarlo", finalizó.

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